Antes de reservar su alojamiento en un hotel de Roma, no tiene por qué hacer caso omiso de las condiciones meteorológicas y de los meses en los que se concentran los turistas que visitan sus monumentos.
Roma tiene un clima agradable y esto hace que la ciudad eterna sea visitable todo el año; sin embargo, la primavera y el otoño son sin duda las mejores épocas para visitarla, con cielos generalmente despejados y temperaturas suaves (aunque a finales de otoño, noviembre, puede ser lluvioso). Julio y agosto son húmedos y calurosos (muchos romanos desertan de la ciudad en agosto, por lo que muchos comercios cierran en esta época); de diciembre a febrero hace un frío enérgico, aunque rara vez es gris y sombrío.
En Roma, la temporada turística comienza generalmente entre el 1 de abril y octubre, y se prolonga durante dos semanas en torno a Navidad y Nochevieja.
Agosto es un mes muy agradable en Roma, porque puedes encontrar la ciudad vacía y puedes descubrir los tesoros de la ciudad eterna, como el vaticano y las antiguas ruinas romanas.
Durante la Semana Santa (Pascua), católicos de todo el mundo peregrinan a las distintas basílicas de Roma para escuchar al Papa dar su bendición desde la ventana de su apartamento en sesenta idiomas. El Viernes Santo tiene lugar la procesión de la Cruz del Papa desde el Coliseo hasta la Colina Capitolina, retransmitida en todo el mundo: no se necesitan entradas para asistir a ella.
Hacer una reserva en los hoteles de Roma durante el periodo de Pascua es realmente muy difícil y puedes llevarte la desagradable sorpresa de cambiar de hotel muy a menudo debido al sistema de overbooking.
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